
Cubans are fighters. Perhaps that’s the reason we love boxing so much. Names like “Kid Gavilan” Gonzalez, Benny Paret, and Eligio “Kid Chocolate” are known to most people in or from the Island. Boxers, for us, are heroes, just like the ones who fought for our independence. Ask anyone about Felix Savon or Teofilo Stevenson–our Cassius Clay. World Cups, Olympics, Championships, those are the battlefields.
De la religión Bantú a la cima del monte Olimpo
La práctica del maní se distingue como una actividad aglutinadora, tanto de los participantes directos como de los expectantes. Su desarrollo denota la fuerza física y la destreza que se exigía para su práctica. Pero su práctica es premonitoria de los excelentes resultados boxísticos logrados por Cuba, ligados, en no pocas ocasiones, a la industria azucarera.
Prehistoria, historia y posthistoria del boxeo cubano
Cuando analizamos las características de la escuela cubana de boxeo, percibimos la impronta rítmica caribeña. Expresión perceptible, además, en el modo de bailar. Los boxeadores alcanzan una coordinación casi perfecta, desde un estilo que perpetúa la técnica de pegar sin recibir, donde no se rompe la distancia entre las piernas y los brazos, quienes se funden, junto a las caderas, como un todo. Súmele a ello, una gran valentía y sistematicidad en el entrenamiento.